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/Obesidad: un problema sin estratos

Por: Julio Jimenez

“Mi familia y yo tuvimos que abandonar la finca en la que vivíamos porque la guerrilla nos obligó. Llegamos a Bogotá y no hemos tenido ningún tipo de apoyo económico. Mis dos hijos y yo, sobrevivimos con lo justo”, cuenta la Luz Marina, madre de John Esteban,  niño con problemas de sobre peso y autoestima de apenas 9 años. Su problema no es  nada fácil; con su corta edad tiene un peso de 63 kilogramos. Una cifra fuera de lo normal para un niño de esa edad.

 

La violencia en que ha vivido el país marginó a esta familia a vivir una vida que ellos no querían y los obligó a dejar sus tierras (Caquetá) y buscar un nuevo rumbo. Con mucho esfuerzo llegaron a Bogotá y consiguieron asentarse  al sur de la ciudad. Así lograron solucionar uno de los varios problemas que los mortifican. Sin embargo, la dificultad primordial es la salud de su hijo, la cual se ve afectada por múltiples enfermedades. ¿El origen?. La obesidad.

 

En Colombia, este problema ha tomado gran relevancia en los últimos años. Según cifras de la Fundación Colombiana de Obesidad (Funcobes) uno de cada dos colombianos presenta exceso de peso, teniendo como especial foco la población femenina, ya que ellas presentan el 55,2% de los casos, frente a los de los hombres, que representan el 45,6%. 

 

 Uno de los puntos más interesantes del tema de la obesidad, es que más de la mitad de las personas que padecen esta enfermedad, se encuentran en países emergentes. Dentro de esto, se encuentra que el 20% de los niños en Colombia padecen la obesidad. Es importante aclarar que no siempre la obesidad se relaciona con comida chatarra y grandes cadenas internacionales de comida. Los altos niveles de desnutrición en Colombia son uno de los principales responsables del la elevada cifra. La falta de oportunidades para acceder a una alimentación balanceada contribuye aun más al problema. De esta forma, las familias se ven obligadas a consumir alimentos principalmente harinas y embutidos, que aunque son necesarios para el cuerpo, no contribuyen a una óptima alimentación, y mucho menos en niños en etapa de crecimiento.

 

 

La situación no es nada sencilla. Los múltiples problemas económicos, alimenticios, de vivienda y vestuario son pan de cada día para la familia de John. Adicionalmente, los problemas de seguridad en el barrio en que viven son bien difíciles. “ hace una semana iba llegando a la casa con unas donaciones que nos dio una doctora. Ropa y plata. Nos dejaron sin nada. Esa semana sólo pudimos comer agua de panela y pan”, dice Luz Marina. Precisamente ese es el alimento que no beneficia a John Esteban. La cuestión no es de decisión; es de obligación. Se come lo haya o no come nada. Y este ha sido una de las causas principales del sobre peso que sufre el niño. La mala alimentación, junto a los malos hábitos, han contribuido a la aparición de otras enfermedades como dolores en los huesos y problemas de circulación.

 

Según el doctor Fúlver Amado, las consecuencias físicas que trae consigo la obesidad son innumerables. El cuerpo comienza a gastarse poco a poco. El corazón, riñones huesos y demás partes importantes del cuerpo humano tienen una carga extra. En poco tiempo se pueden ver las consecuencias. Niños menores de 15 años diabéticos, con problemas del corazón, hipertensión, cáncer entre otros. Este es el caso de John. En tan sólo nueve años de vida ya sufre las consecuencias del exceso de peso. Aunque no ha sido declarado diabético, tiene que tomar medicamentos para regular en azúcar en su sangre. Sus articulaciones sufren mucho por el peso que tienen que soportar. Los dolores de espalda lo atormentan cada día. “A mi me gusta mucho el fútbol. Soy hincha de Real Madrid”, me cuenta John mientras toma sus medicamentos para soportar los fuertes dolores que padece. “Ya casi no puedo correr. Cuando camino por mucho tiempo me duelen los pies y las rodillas. En mi colegio no puedo jugar con mis amigos fútbol o la lleva”.

 

Esta condición ha llevado a John Esteban a sentirse excluido y marginado por sus amigos. Según la psicóloga Paola Soto, el sobrepeso en niños menores de 10 años puede traer consecuencias graves para el desarrollo de su vida normal. Además de las enfermedades como la diabetes, cáncer, osteoporosis (en las mujeres), problemas cardiovasculares, entre otros; hay un componente sicológico muy importante. Los niños cercanos a su entorno comienzan a estigmatizarlos y excluirlos de círculos sociales, lo cual genera un fuerte impacto en el desarrollo psicosocial del niño afectado. Otro componente importantísimo es el matoneo que puede recibir el niño, en su colegio principalmente. “ Mis amigos del colegio me dicen gordo y me hacen burlas todos los días. Eso me pone muy triste. Le he dicho a mi mamá varias veces que no quiero volver al colegio”, me dice John con voz entre cortada y mientras se come un paquete de papas.

 

Los niños con sobrepeso tienen muchas probabilidades de convertirse en adultos obesos y, en comparación con los niños sin sobrepeso, tienen más probabilidades de sufrir a edades más tempranas diabetes y enfermedades cardiovasculares, que a su vez se asocian a un aumento de la probabilidad de muerte prematura y discapacidad. Comúnmente con la obesidad infantil llegan los problemas óseos, que causan deformidad en las piernas, y los inicios de los desórdenes metabólicos que tienen que ver con altos niveles de colesterol, de glicemia y triglicéridos. Por esta razón, John Esteban está recibiendo ayuda de diferentes fundaciones como Funcobes y el Bienestar Familiar, los cuales han diseñado un plan médico-nutricional para estabiliazar la situación, hacer que John baje de peso y a su vez reciba los alimentos óptimos para su situación. “ Ahora me siento mucho mejor. Voy a poder correr y jugar como todos mis amigos del colegio. Estoy feliz porque voy a ser normal y nadie me va a molestar por ser gordo”. 

 

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